Romanticismo en acción

ENCUENTRO EMOCIONANTE EN LA CARCEL CUBIERTO DE ROMANTICICSMO

Qué emoción sintieron cuando apareció Antonella, Patty y Belinda. Los muchachos saltaron de alegría y salieron al encuentro, se abrazaron y lloraron. Anthony le dijo a su Antonella:

–Antonella, amor de mi vida, flor de mi colina, dama de hierro, heroína de mil batallas, vencedora de la soledad, doncella de mente lúcida, ojos de miel, boca de oro, labios púrpura, amor puro y profundo, princesa fiel e inmune a los halagos. Así quiero que permanezcas en mis brazos, porque de tu mirada dulce emana esa chispa de amor, el aroma de tus labios es fragante, tierno y sensible. Tu cuerpo de muñeca hacen que mi ser vibre de emoción y te sienta en mi corazón. Eres el aliciente que Dios me ha dado para que mi vida tenga razón de existir. Quiero que estas palabras resuenen en tu mente y le des abrigo en tu corazón. Te amo, mi amor, con razón y de corazón.

–Anthony, amor de mi vida. Eres el tesoro escondido que Dios me ha permitido encontrar, por eso veo que resplandecen con el brío de la honestidad. Veo que de tu corazón sale ese manantial de amor puro, que brota como agua y cubre mi cuerpo de la cabeza hasta los pies, y hacen que mi vida tenga la paz espiritual. Porque en tiempo de calor incesante, me refresca, y en tiempo de frío intenso, me calienta. Por eso veo lo que otros no ven. Algunos te ven como un patán asqueroso y peligroso, pero un día no muy lejano verán la luz que hay en ti y se darán cuenta de que tienes un valor incalculable, que vales aun más que el diamante de ophir. Si nuestro amor pudiera compararse con amores que tienen un lugar en la historia, te diré que eres como Adán, como José, como Romeo, como el conde de Monte Cristo, como Jack  y como London, pero, sobre todo, eres mi Anthony. Y yo seré, como Eva, como María, como Julieta, como Mercedes, como Rouse, como Jamie, pero sobre todo, soy tu Antonella. Con tu mirada me siento amada, con tus labios siento el remanso y en tus abrazos el encanto.

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Persistencia Cumplidora de Sueños

Para lograr el sueño de tu vida se ha de vencer los obstáculos a través de la persistencia.

Sería tonto desistir cuando llevamos la delantera, pero todavía es más tonto desistir cuando nos hemos quedado atrás. Se requiere una gran voluntad para resistir un poco más, pero también se requiere juicio para saber que la medida del éxito no es la suerte, las oportunidades del juego, sino la conquista del fracaso.

Uno de los mejores ejemplos al respecto es Zaqueo. La fama de Jesús despertó en el publicano un deseo profundo: “Procuraba ver a Jesús”; pero no podía, pues era bajo de estatura.

Se ha dicho que el jorobado, el que tiene impedimento físico pronunciado, el que no tiene educación secular y el enano tienen complejo de inferioridad. Sin embargo, Zaqueo tenía poca educación secular, era jorobado y enano, pero no tenía complejo de inferioridad. Tenía confianza en sí mismo y se sentía capaz de llevar a cabo su propósito. En vez de darse por vencido, buscó alternativas para vencer los obstáculos y lograr su meta.

Zaqueo sabía que al encontrar al Maestro sus dificultades serían, además de su estatura, el concepto que tenían de él: por ser cobrador de impuestos, unos los acusaban de dictador, otros de traidor y ladrón. Se pensaba que ese demérito causaría la reprobación de Jesús, pero el enano visionario no se frustró por la desventaja física, ni por el concepto que tenían de él, persistió en su meta y venció. Triunfó, porque desafió el impedimento físico; venció, porque obvió las críticas de los demás. Logró la hazaña, porque encontró a Jesús y fue recibido. De esa forma logró su objetivo y se convirtió en el “pequeño gigante” (Lucas 19: 5, 6).

Se cuenta de un personaje que a los 30 años quedó sordo, sin embargo, siguió ejecutando sinfonías. Las opiniones y las críticas llegaron a montón, pero el varón no hizo caso a las murmuraciones y persistió en su objetivo. Las sinfonías inmortales de este hombre las elaboró y ejecutó después de su sordera. Quizás hayas oído hablar de él. Se llamaba Beethoven, de Alemania; considerado el mejor autor y ejecutor de sinfonías de todos los tiempos.

Se dice también de un hombre que a los 42 años quedó ciego, pero siguió escribiendo. Las críticas no se dejaron esperar, llegaron por toneladas, pero este luchador de la vida; hizo caso omiso a estas habladurías, y persistió hasta triunfar. La obra inmortal El Paraíso perdido, la escribió después de su ceguera. Juan Milton era el nombre de este personaje, originario de Inglaterra. Esto lo cuenta Dole Carnegie.

Floyd Woodword cuenta, que tan pobre era Cervantes cuando escribió su obra inmortal El Quijote, que no tenía donde vivir y tuvo que refugiarse en un prostíbulo. Había estado preso por cinco años y medio y era manco. Escribía en un descansillo de escalera, donde los marineros borrachos y clientes del lugar caminaban sobre los papeles del genio, dando puntapiés al tintero y pisoteando la pluma. Miguel de Cervantes Saavedra escribió no por el ánimo que le daban, si no a pesar del trato ignominioso. No obstante, terminó el manuscrito.

Se cuenta que Fannie Hurst conquistó el camino blanco, gracias a la persistencia. Llegó a Nueva York en el año 1815, para convertir el oficio de escribir en una fortuna. La conversión no llegó rápidamente, pero llegó. Durante cuatro años, la señorita Hurst conoció por experiencia propia las aceras de la ciudad de Nueva York. Se pasó días y más días trabajando, y las noches esperando. Cuando la esperanza se hizo muy débil no dijo: “Está bien Broadway, tú ganas”, sino que exclamó: “Muy bien, Broadway, puede que vapulees a mucha gente, pero no a mí. Te voy obligar a rendirte”.

Un editor (The Saturday Evenig Post) le devolvió treinta y seis escritos antes de que la mujer rompiera el hielo y lograra que le admitieran una historia. El escritor corriente como el resto de las personas corrientes del mundo, hubiera desistido al ser rechazado su primer trabajo. Pero la señorita Hurt destrozó los zapatos por las calles durante cuatro años, porque estaba decidida a ganar.

Luego llegó el éxito. El hechizo se había roto, el invisible guía había probado a Fannie Hurst y acababa de salir bien del examen. Desde aquel momento en adelante los editores se amontonaron a su puerta. El dinero llegó tan rápidamente, que apenas tenía tiempo para contarlo. Luego la descubrieron los hombres del cine, y el dinero no vino ya, por cantidades grandes, sino como una verdadera inundación.

Cuanta Napoleón Hill que el asombroso Thomas A. Edison, con menos de tres meses de asistencia a la escuela, llegó a ser el primer inventor del mundo, y convirtió su persistencia en el gramófono, la máquina cinematográfica, la luz incandescente, sin mencionar otras cien invenciones útiles.

La base de la persistencia es la fuerza de la voluntad. La falta de persistencia es una de las principales causas del fracaso.

Si tú sabes que careces de persistencia, esta debilidad puede remediarse te encendiendo un fuego bajo tus deseos.

Si no te has entrenado para la lucha de la vida, es preciso que tú mismo entrenes, y así obtener la capacidad de pararte frente a los obstáculos y exclamar: “Muy bien, puedes doblegar a otros, pero no a mí. “Te obligaré a rendirte”.

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Novela Romántica: «Querer es poder»

Una de las excusas más comunes en las personas es: «Yo no tengo recursos». Nada más de la verdad. Al nacer, Dios nos ha provisto de centenares de habilidades y destrezas. Muchos estudios han revelado que el promedio de las personas posee de 500 a 700 habilidades y destrezas. Más de lo que tu puedas imaginar.

Queda claro que existe recurso y capacidad para emprender y completar un sueño o proyecto que es tu deseo principal.

Para lograr esto, la primera tarea al respecto sería descubrir tu fuerte en el talento o talentos que Dios te ha dado. Hoy en día, con la expansión de la globalización facilitan los servicios online para crear negocios. Existen más de cien ideas para crear negocios y promoverlos por Internet.

Por otro lado, se ha de buscar un mentor especializado para que te guíe através de entrenamiento para circular con menos dificultades por el camino que has elegido basado en conocimiento y convicción.

Por último, se ha de quemar la nave que te llevó a la Isla de la batalla para evitar la tentación de escaparse. Eso significa que se podrá abandonar la Isla de la guerra vivo, a menos que venza. Actuando así, no hay elección…”Vencer o Morir”.

De esa forma le dará merito al dicho que dice: “Querer es Poder” Un querer dirigido por el talento natural que da Dios y determinado por la convicción de seguro que llegarás al puerto deseado.

En el siguiente enlace te presentamos un libro que presenta a un personaje que demuestra con hecho la  frase: «Querer es poder»

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Novela romántica y el ultimatum

Doña Ena llegó de realizar su misión.

–¿Cómo te fue, hija? ¿Te informaste de algo? –preguntó la abuelita.

–Sí, mamá, acertamos en la apreciación que hicimos de esos descarados. Son unos truhanes perversos –acusó doña Ena.

–A ver, cómo es eso, explícame con calma, no te sofoques –sugirió la abuelita.

Doña Ena le contó paso a paso la conversación que sostuvo con doña Gertrudis.

–Eso está grave –reaccionó la abuelita–, vamos a hablar seriamente con Antonella. Si no desiste, nos veremos obligadas a enviarla nuevamente a la capital, a completar sus estudios. Porque aquí corre peligro con ese villano.

–Está bien  mamá, si no obedece, es necesario tomar esa medida –consintió Doña Ena.

En ese instante llegó Antonella.

Okay abuelita, estoy de regreso. Tal como se lo prometí, fui a visitar a mis amigas y no me demoré. Hola  mami, ¿cómo le fue en su paseo? Espero que bien.

–Pues no tan bien –respondió doña Ena, con el ceño fruncido.

Antonella captó que algo andaba mal, pero se hizo la desentendida e informó:

–¡Qué lástima! Mami, me informaron las muchachas que mañana son las matrículas por la tarde.

–Oh sí, ya me enteré –respondió doña Ena, de mala gana.

–¿Por qué no me habías dicho? –preguntó Antonella.

–Porque tu abuelita y yo no nos hemos decidido si te vas a graduar aquí o en la Managua –respondió, con énfasis  doña Ena.

–Mami, ya habíamos acordado que voy a graduarme aquí, y según el calendario escolar, debo ir a registrarme mañana –recordó Antonella.

–Hija –irrumpió la abuelita–, es mejor que hablemos claro con Antonella. Dile lo que te enteraste de su cortejo y sus amigos.

–¿Qué sucede mami? –preguntó asombrada Antonella.

–Lo peor  hija –enfatizó Doña Ena.

–Cuéntame  por favor –suplicó Antonella.

Doña Ena le platicó con lujo de detalles lo que se informó de ellos. Antonella reaccionó y dijo:

–No es que lo defienda mami, pero yo le pregunté a Anthony y me dijo que…

–Que es inocente, como dicen todos los rufianes –interrumpió doña Ena.

–No tanto así  mami, me dijo que como jóvenes habían hecho algunas travesuras insignificantes, y que habían dado algunas lecciones prácticas a ciertas personas que los ofendieron intencionalmente, y son esas personas las que se expresan mal de ellos. A mi parecer, eso no lo veo malo, existen personas que sólo así aprenden la lección –reflexionó Antonella.

–¿Y de lo falderos que son te contó algo? ¿Te relató lo que le hizo a la hija de doña Gertrudis? Ni loco que fuera te lo va a decir –se contestó doña Ena.

–No me contó el incidente que hubo con esa muchacha, pero habría que investigar, para sacar conclusiones y dar un veredicto. Y de que si son mujeriegos o no, de eso no le pregunté. Pero cuando platicamos por primera vez en el cumpleaños de Francis, hermana de Mark, le pregunté que si tenía novia. Me aseguró que yo sería su primera novia, si lo aceptaba –comentó Antonella.

–¡Qué ingenua es mi hija! Ni una niña creería semejante patraña. Mi amiga Gertrudis me aseguró que serías la mujer más desdichada, si te casas con ese gárrulo –inculcó doña Ena.

–Desde cuando es tu amiga esa señora y quién la autorizó para determinar el futuro de alguien. Bien, ¿qué decisión han tomado al respecto? –cuestionó Antonella, un poco enfadada.

–Que si continuas con la idea de ese bribón, tendrás que regresar a la capital a concluir tus estudios –advirtió doña Ena.

–¡Horror de horrores, eso no lo puedo creer! –exclamó Antonella, con tono fuerte.

–Calma  Antonella –irrumpió la abuelita–, vamos a hacer lo siguiente: mañana vas a ir con tu mamá a matricularte al colegio y cuando platiques con tu novio, dile que si su papá o su mamá no se presentan en esta casa lo más pronto posible a formalizar este compromiso, serás trasladada a Managua a finalizar tus estudios, y que quizás regreses el fin de año. Si él tiene buenas intenciones, hará hasta lo imposible para convencer a sus padres de que venga a sellar este compromiso.

–¿Cuánto tiempo le das como límite para que se presente? –preguntó Antonella, un poco desconcertada.

–De tres semanas a un mes, no más –respondió, enfáticamente, la abuelita.

Llegó la tarde de matrículas y se dio por iniciado el año escolar. Anthony y sus amigos se dirigieron al Liceo, con la finalidad de registrase. Con la misma finalidad, Antonella, su mamá y sus amigas se dirigieron al mismo lugar. Los muchachos llegaron y se registraron. Cuando iban saliendo de la sala de registro, Antonella y sus acompañantes entraron al colegio. Al encontrarse, se saludaron amablemente, bajo el ojo acusador y el ceño fruncido de doña Ena.

Antonella no pudo esconder su estado emocional crítico, pues su voz entrecortada por el nervio y su semblante decaído la delataron. Su mirada coqueta y su sonrisa se habían apagado. Todos notaron su actitud y se preguntaban por señas qué pasaría. Las preguntas se quedaban sin respuestas. Algo estaba sucediendo, pero sólo Antonella y su mamá sabían. Antonella no pudo explicar su situación, porque no era el momento oportuno. Después de que se registraron, regresaron a sus hogares respectivos.

Durante el camino de regreso, Anthony comentaba con sus amigos.

–Me preocupa y me confunde la actitud de Antonella –reflexionó Anthony, muy abatido.

–A mí también me inquieta–agregó Michael.

–¿Qué estará sucediendo? –preguntó Humbert, extrañado.

–Me parece que Valezka y Patty no están enteradas de la situación, porque las vi extrañadas –comentó Mark.

–Estoy inquietísimo y no hallo qué hacer –exclamó Anthony, muy frustrado.

–Calma  amigo, no hay que desesperarse, ni hacer presunciones a la ligera. El lunes entramos a clase y habrá tiempo para que hables con ella. Allí se aclararán las cosas –comentó sabiamente Humbert.

–Estoy completamente de acuerdo, no hay que complicar las cosas. No hay que precipitarse, que a su tiempo se va aclarar este asunto –confirmó Mark.

–Gracias  amigos, nos vemos el lunes, mientras tanto, debo hacer lo que dijo el escritor francés Gustave Flaubert: “Es necesario siempre esperar cuando se está desesperado, y dudar cuando se espera” –concluyó Anthony.

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Novela romántica y amor a primera vista

AMOR A PRIMERA VISTA

El instructor Jorge dio las últimas orientaciones de baile al joven Anthony. El joven se sentía contentísimo, porque había completado el curso y porque venía de regreso a su comunidad. En su lugar, se reuniría con sus amigos, que lo esperaban con ansias, porque era su líder y porque tenía el compromiso de instruirles sobre lo que había aprendido.

Por otro lado, Antonella terminó su año lectivo de estudio y también completó un curso de baile en una escuela de la capital. Muy emocionada, alistó su equipaje para regresar de vacaciones a su lugar. Ella se reuniría con sus amigas, las entrenaría para participar en las competencias de baile.

Al regresar de la capital, Anthony tuvo una reunión con los miembros principales de su grupo, lo que ellos consideraban el directorio: Mark, Humbert y Michael. Adam se encontraba en la Ciudad Universitaria.

–Hola, ¿cómo están? –preguntó Anthony.

–Bien, muy bien –contestaron los muchachos.

–Y a ti, ¿cómo te fue en la capital? –preguntó Michael.

–Completé el curso en la escuela de danza, y estoy listo para entrenarlos, a fin de que nos destaquemos en las competencias de los shows de baile.

–¿Cuál sería el lugar indicado para este fin, Anthony? –preguntó Mark.

–¿Qué les parece que vayamos al Manguito? Hacemos una fogata, llevamos la grabadora, y a la acción se ha dicho.

–Estamos de acuerdo –contestaron los muchachos.

–¿Cuándo sería la práctica Anthony? –preguntó Humbert.

–Si están de acuerdo, nos podríamos reunir mañana a la siete de la noche.

Okay, perfecto –dijeron los demás.

–Ustedes se encargan de avisarles a los demás muchachos, yo iré a León a traer a Adam –afirmó Anthony.

Okay. Nos vemos mañana.

Luego de esa conversación, los amigos se despidieron.

Al día siguiente, Antonella regresó de la capital y se reunió con el directorio de su grupo: Valezka, Patty, Hellen y Marling.

–Hola, muchachas, ¿cómo están?

–Al cien –respondieron–. Y a ti, ¿cómo te fue? –preguntaron luego las muchachas.

–Completé un curso de baile en la escuela de danza, y si ustedes desean, podemos practicar algunos pasos que he aprendido.

–Fantástico –respondió Valezka–, es tiempo que nos destaquemos en la exhibición de baile.

–Eso es lo que necesitamos –confirmaron las demás, emocionadísimas.

–¿Cuándo y dónde nos vamos a reunir para entrenar? –preguntó Marling.

–Pienso que el lugar más indicado es en el traspatio de la casa de Hellen, bajo el árbol de mango. Hacemos una fogata, le compramos batería a la grabadora, y a bailar se ha dicho –planteó Antonella.

–Si las demás están de acuerdo, mi casa está a la orden –consintió Hellen.

–Perfecto, estamos de acuerdo. Dijeron las demás.

Okay. Sólo falta avisarles a las demás, y nos vemos mañana –sugirió Antonella

Okay. Nos vemos mañana –dijeron las demás.

Iluminado por una hermosa fogata, Anthony les enseñó los pasos de varias canciones, entre ellas, Summer Nights (Noches de Verano), interpretada por John Travolta y Olivia Niwton John. El simulacro fue divertido y con buenos resultados. Al concluir, Anthony les dijo:

–Estuvo excelente, muchachos. Estamos listos para la próxima competencia.

–Gracias, Anthony, estuvo muy bien –reconocieron los muchachos.

–Ustedes saben: “somos todo terreno”, me alegra mucho que estén satisfechos. Oye, ¿sé dieron cuenta de que van a inaugurar un nuevo zoológico en la Ciudad Universitaria? –preguntó Anthony.

–Sí, esa es la noticia del día –expresó Mark.

–Hasta en radio Visión Cristiana lo están anunciando –agregó Humbert.

–Eso va a estar buenísimo –afirmó Michael.

–Qué les parece si vamos, muchachos –consultó Anthony–, a mí me fascina ver las diferentes especies de animales –agregó.

–Y quién te oye. Vamos –consintió Mark.

–Démoslo por hecho –dijeron los demás.

Okay. Así quedamos –concluyó Anthony.

–¿Pelotón o distribución de grupos? –preguntó Humbert.

–Distribución de grupos. Puede que lleguen otras plebes, y no es conveniente que nos vean juntos, para no causar trifulcas –orientó Anthony.

Okay. Estamos de acuerdo –dijeron los demás y se despidieron.

Con el esplendor de una fogata teatral, Antonella se reunió con sus amigas, para impartirles la clase de baile. Les enseñó los pasos de las canciones más populares de la época. El aprendizaje estuvo ameno y muy fructífero. Al concluir, Antonella les dijo:

–Fantástico, muchachas, estuvieron al cien. Estamos listas para demostraciones en cualquier competencia de baile.

–Muchísimas gracias, Antonella, estuviste fenomenal como instructora; estoy emocionada y lista para competir –agradeció Hellen.

–Así te vi, parece que tienes un don natural en este arte. Cuando yo esté ausente, tú serás la instructora, okay.

–Gracias, Antonella. Estoy a la orden –se dispuso Hellen.

Okay, Antonella, estamos lista para accionar –expresaron las demás.

–¡Cuánta alegría me da verlas felices!

–Te queremos mucho –dijeron las demás.

–Oí decir que van a inaugurar un nuevo zoológico en la Ciudad Metropolitana. ¿Qué saben ustedes al respecto? –preguntó Antonella.

–¡Oh sí! Es el comentario en toda la ciudad y sus municipios –confirmó Valezka.

–Eso va a estar buenísimo. La mayoría de las personas están entusiasmadas por asistir al evento. Desafortunadamente, yo no podré ir, porque voy a cumplir un compromiso de estudio a la capital –planteó Hellen.

–Qué lástima, nos vas a hacer mucha falta. Pero debes cumplir con tus compromisos educativos –comentó Antonella–. ¿Y las demás, qué dicen? –preguntó Antonella

–Ya deberíamos estar allá, para luego es tarde –dijeron las demás.

La noticia de la inauguración del zoológico fue un impacto. La gente llegó a tropel de la ciudad y sus comunidades. En el zoológico había un parque de diversión. Allí instalaron los juegos mecánicos, que alegraron el ambiente. Las secciones de las diferentes especies de animales estaban bien estructuradas, con sus respectivos miradores. Asimismo, la asistencia de jóvenes de ambos sexos fue numerosa.

Al llegar, los muchachos se distribuyeron. Anthony, Mark, Humbert y Michael andaban juntos. Adam tuvo que salir del parque a cumplir con un compromiso de estudio.

Las muchachas también se distribuyeron sin planearlo. Antonella, Valezka, Patty y Marling andaban juntas.

Anthony y sus amigos se divirtieron mucho haciendo el recorrido, y luego se sentaron en un escaño a descansar. Al poco tiempo, observaron a cuatro jovencitas muy bellas, que se divertían entre ellas. Las muchachas, sin darse cuenta de que las estaban observando, se sentaron en un escaño, frente a los muchachos, a unos diez metros.

Los muchachos admiraron la belleza de las chamacas, y entre bromas y risas, cada quien escogió a su Eva. Las muchachas captaron la intención de los muchachos, y entre miradas y risas, cada quien escogió a su Adán, y su elección coincidió con la de los muchachos. Amor a primera vista.

Después, Anthony y sus amigos continuaron caminando. Antonella y sus amigas también lo hicieron, pero ambos grupos se encontraron en varias ocasiones, y se coqueteaban con sonrisas y miradas. Por último, los muchachos no soportaron la tentación y la saludaron. Apenas pudieron presentarse, porque había llegado el momento de salir, y cada quien tenía que buscar a los suyos para regresar a sus hogares.

Al día siguiente, Anthony se reunió con Mark, Humbert y Michael, para comentar del paseo.

–Muchachos, ¿cómo sintieron el paseo? –preguntó Anthony.

–Bien, muy bien –contestó Mark.

–Yo también lo pasé en grande –agregó Michael.

–Y tú, Humbert, ¿cómo te sentiste? –preguntó Anthony.

–Fenomenal, a lo grande.

–Vi entusiasmado a Mark con Valezka. Con la mirada le decía, como dijo alguien: “Cuando se ama en silencio, las miradas son las palabras, y la mía te dice: te quiero”. Y creo que Valezka se acordó del proverbio árabe, que dice: “Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación”. De inmediato, captó la mirada de Mark, y le correspondió, e hizo realidad lo que dijo alguien: “El amor a primera vista no existe, hasta que se siente su mirada” –comentó Anthony, entre risas.

–Oh, sí, yo capté lo mismo. Creo que pronto ese compromiso se va a concretar –aseveró Michael.

–Mark está tomando muy en serio lo que dijo el ensayista estadounidense Hubbard Elbert: “Triste puedo estar solo: para estar alegre, necesito compañía”, y según lo que percibí, está por lograrlo –comentó Humbert.

–Por allí vamos –dijo Mark–, “La esperanza es el sueño del hombre despierto”, expresó Sócrates, en cierta ocasión.

–Pero Michael no se quedó atrás –declaró Humbert–, se fijaron cómo coqueteaba con Patty. Con su mirada hizo lo que dice el novelista francés Tristán Bernard: “El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada”. Patty le correspondió con risitas continuas.

–Oh, sí –aseveró Anthony–, observé esas miradas y esas risitas.

–Veremos qué se hace –reflexionó Michael–. “La esperanza es un árbol en flor, que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones” –dijo la escritora española Catalina Severo.

–Humbert cree que no nos percatamos de cómo galanteaba a Marling. Miraditas pícaras y risitas de enamorados se cruzaban entre ellos, para darle vigencia al pensamiento que alguien expresó: “Dos miradas que se cruzan en silencio, son el beso de dos almas que se besan” –aseveró Mark, entre risas.

–Voy por la conquista –confirmó Humbert–, “La posibilidad de lograr un sueño es lo que hace que la vida sea interesante” –dijo, acertadamente, el escritor brasilero Pablo Coelho.

–Anthony no ha parado de reír –señaló Michael–, pero ese coqueteo que se tenía con Antonella, se percibía a la distancia. Se miraban con delicadeza y la expresión de sus ojos expresaba: “He encontrado el amor de mi vida”. Es más, cuando se saludaron, los dos lo hicieron con voz entrecortada del nervio.

–Oh, sí –dijo Mark–, notaron cómo temblaba Anthony de nervio y emoción.

–Oh, sí, nos percatamos. Eso va sobre rieles –dijo Humbert.

–“Nunca se da tanto como cuando se da esperanza”, dijo Anatole France, escritor francés. Eso es lo que están haciendo ustedes y les agradezco. “El hombre tiene ilusiones, como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene”, dijo el científico francés Blaice Pascal. Sin embargo, alguien dijo: “La ilusión vale cuando la realidad la toma de la mano”. Así es que veremos qué pasa –concluyó Anthony.

En tanto Valezka, Patty y Marling ese mismo día visitaron a Antonella, para comentar del paseo.

–Muchachas, ¿cómo se sintieron en el paseo?

–Muy bien, creo que la pasamos a lo grande –dijo Valezka.

–Yo también me sentí estupenda. Fue una experiencia inolvidable. Sobre todo, los nuevos camaradas que conocimos –expresó, entusiasmada, Marling.

–Los nuevos amigos –replicó Patty–, el nuevo pretendiente, dirás. Piensas que nadie los vio cuando se estaban haciendo ojitos.

–Quien habla delata y quien calla otorga. ¿Qué se observó en Mark y Valezka? ¿Qué captaron en Michael y Patty? Miradas dulces y risitas de enamorados –comentó Antonella, entre risas.

–Oh, sí –dijo Patty–, nadie vio a Antonella cuando cambió de color, y nadie oyó que la voz le salió entrecortada del nervio, cuando se saludó con Anthony.

–Bueno, muchachas –comentó Antonella–, ya no hay nada que ocultar. “El amor y la tos no pueden ocultarse”, dice un proverbio italiano. Todas estamos en el mismo juego. A encandilar se ha dicho, antes de que sea demasiado tarde. Recuerden lo que dijo el filósofo y escritor español Ramón Llull: “El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por el olvido”. Debemos ser inteligentes –concluyó Antonella.

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Novela Romántica e Intrepidez que Conquista el Corazón

En Puntarenas, Anthony visitó a Mark y le preguntó:

–¿Qué pasó con Michael, que no se encuentra?

–Fue con Humbert a la Ciudad Universitaria a realizar algunas diligencias.

–¿Qué te parece si vamos a la tienda que está cerca de donde viven Antonieta, Valezka y Patty? Ellas suelen ir a esa tienda, quizás podamos platicar con ellas –sugirió Anthony.

–Me parece fantástico. Con gusto te acompaño, man.

En esa tarde, doña Ena le dijo a Antonella:

–Debo ir a comprar a la tienda. ¿Me acompañas?

–Sí, mami, con mucho gusto.

Okay, alístate, para que nos vayamos.

Mientras iban de camino, Mark le preguntó a Anthony:

–¿Qué has decidido en relación al colegio? ¿Vas a graduarte aquí o en la Ciudad Universitaria?

–He decidido quedarme aquí. Antonella piensa lo mismo. Necesito cultivar esa relación, porque tengo buena intención. Siento que mi corazón se apega cada día más a ella. La verdad es que la quiero.

–Estamos iguales. Yo pienso lo mismo de Valezka. Michael y Humbert están por el mismo camino. Sin duda que vamos a pasar a lo grande en el colegio –aseguró Mark.

–Eso espero, Mark, aunque quizás voy a tener mis dificultades económicas, porque en la Ciudad Metropolitana estudiaba y trabajaba. Aquí no se puede hacer lo mismo. La recesión económica está castigando este lugar, por el aire de guerra que se respira.

–Aunque con dificultades, pero se pasa. Vamos a salir adelante –animó Mark.

–Gracias, Mark –agradeció Anthony.

–Bueno, llegamos a la tienda, y a esperar se ha dicho –irrumpió Mark.

Al poco tiempo, para sorpresa de ellos, Antonella y doña Ena llegaron a la tienda, pero antes de llegar, tenían que pasar por donde estaban Anthony y Mark. Lo saludaron y entraron a la tienda. Mark le preguntó a Anthony:

–¿Qué vas hacer? ¿La vas acompañar cuando regrese?

–No –contestó Anthony–, sigo creyendo que a su mami no le caí bien.

–Pero no estás seguro –replicó Mark–, debes arriesgarte.

–Está bien, esperemos a que salgan de la tienda, a ver qué sucede –sugirió Anthony, un poco nervioso.

Antonella y su mami salieron de la tienda y se dirigieron a su hogar. Al pasar por donde estaban Anthony y Mark, le dijeron: “Adiós, nos vemos”. Antonieta, inteligentemente, esperó a que su mami se adelantara un poco, y le hizo señal a Anthony a escondidas de su mami, para que la siguiera. Mark, reaccionó y animó a su amigo.

–Anthony, sigue a la muchacha, te está llamando.

Anthony se quedó estático del nervio, pero con la insistencia de su amigo, reaccionó lentamente. De pronto, se llenó de valor y siguió decididamente a su pretendida. Cuando la alcanzó, Antonella permitió que su mami se adelantara un poco, agarró de la mano derecha a su amado y le dio un beso en la boca. Anthony se sonrojó, pero, a la vez, se emocionó, porque fue su primer beso.

–¿Por qué no querías venir? –preguntó Antonella.

–Por temor a tu mami, la expresión de su mirada y el gesto de su cara me indican que no caigo bien. ¿Qué te ha dicho de mí? Quiero que me respondas con honestidad. No me voy a molestar, aceptaré la realidad.

–Ella no te tiene confianza, porque no te conoce bien, pero a medida que te vaya conociendo, esto va a mejorar. No te preocupes por eso. Te quiero y vamos a luchar por esta relación.

–Yo también te quiero más cada día. Te extraño mucho cuando no te veo y deseo luchar por esta relación. Pero, ¿qué podemos hacer en el caso de tu mami? ¿Esperar un poco o dialogar con ella al respecto?

–El sábado por la tarde nos invitaron a la celebración de una piñata. Vamos a ir con mami y mis amigas vecinas: Valezka y Patty. Si gustas, ven a casa con Mark y Michael, para presentarte formalmente con mami y mi abuelita. Después, saldremos al convivio que está cerca de la casa.

–Oh, me parece fantástica la idea. Nos vemos el sábado en tu casa, Dios mediante, en las primeras horas de la tarde.

Okay, te espero. Bueno, llegamos, ésta es mi casa –concluyó Antonella.

Anthony se despidió de Antonella con un beso y de doña Ena con un saludo afectuoso, que no fue correspondido. Regresó donde su amigo, que lo esperaba con ansias para saber los resultados. Cuando regresó, comenzó el interrogatorio:

–¿Qué pasó? ¿Cómo te fue?

–Muy bien con ella, pero con su mami no progreso –respondió Anthony.

–Oh, qué lástima. ¿Y en qué quedaron?

–Antonella manda a invitar a Michael y a ti, para que vayamos a su casa el sábado temprano en la tarde. Allí nos espera con Valezka y Patty, luego saldremos a la celebración de una piñata.

–Bravo, qué arriesgada –elogió Mark–. ¿Con qué finalidad hará esto?

–Quiere presentarnos a la familia. Parece que su abuelita tiene mucha influencia, y quiere que me conozca.

–Qué bueno, Michael se va alegrar mucho con la noticia –expresó Mark.

Okay, nos vemos el sábado.

Luego de esta conversación, los amigos se despidieron.

En tanto, Antonieta recibió un llamado de atención de su mami y abuelita.

–Qué bien, te vi animadísima, a la par de ese vago –manifestó doña Ena.

–¿Qué sucede? ¿Qué traen entre ustedes? –interrogó la abuelita.

–Que su nieta venía en grande con ese perillán llamado Anthony. Se despidieron con un beso, y no con beso de amigo.

–Quizás Antonella no quiso azarearlo, hija –replicó la abuelita.

–No, mamá, tengo una sospecha profunda, y casi me atrevo a asegurar que fue ella la que lo llamó.

–¿Es cierto, Antonieta? –preguntó la abuelita.

–No sé por qué mami dice eso –replicó Antonella.

–Yo fui joven, y entiendo las estrategias que usan a esa edad para conquistar. Cuando nos despedimos de esos pillos, tú permitiste que yo me adelantara, y al poco tiempo él venía a tu lado. La lógica indica que tú le hiciste señal para que te siguiera, porque él no se veía con la intención de seguirte –acusó doña Ena.

–Me gustaría conocerlo, para analizarlo y crear mi propio criterio –expresó la abuelita.

–Yo pienso lo mismo, y Anthony también. Por esa razón, lo invité a él y sus amigos vecinos para que vengan a casa, para presentárselos formalmente y después ir al convivio –planteó Antonieta.

–¡Qué!, todavía te atreviste a invitar a esos granujas. Esto es inconcebible, no puedo recibirlos –contradijo doña Ena.

–Mami, por qué insistes en que los muchachos son vagos y pícaros. No se puede dar un veredicto, sin antes conocerlos bien.

–Su cara y sus actitudes lo dicen todo. También he escuchado rumores de que no son buenas fichas. Estoy investigando –sentenció doña Ena.

–¿Quiénes son y por qué invitaste a los amigos de tu pretendiente? –preguntó la abuelita.

–Es Mark y Michael. Ellos son pretendientes de Valezka y Patty –contestó Antonella.

–De seguro que cuando ellos vengan, Valezka y Patty van a estar aquí –afirmó doña Ena.

–Sí, mami, así es –confirmó Antonella.

–¡Hasta dónde ha llegado su nieta, mamá!, a convertir este lugar como parque de citas amorosas –acusó doña Ena, enfadada.

–Bueno, terminemos esto ya –ordenó la abuelita–. Para evitar roces emocionales, que vengan los muchachos, y yo voy a dar el veredicto final al respecto. Particularmente, del pretendiente de mi nieta –concluyó.

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Novela romántica y el desafío

En la fiesta todo estaba ordenado. La pista de baile, la decoración y la música. Anthony, entusiasmado, le dijo a Mark:

–Qué lindo ambiente. Todo está estupendo, desde la quinceañera hasta la decoración.

–Oh sí –dijeron los demás–, esto está al cien.

–Me alegro de que se sientan bien –contestó Mark.

–Vean quiénes están entrando –señaló Humbert.

–Antonella, sus amigas y una señora –expresó Anthony, entusiasmado.

–Esto se puso bueno –dijo Michael.

–¿Quién será esa señora –interrogó Anthony.

–Ojalá que sea buena onda –recalcó Humbert.

–Yo me encargaré de investigar –aseguró Mark.

Mark investigó, y resultó que la señora era la mamá de Antonella. Anthony sintió una punzada en el corazón, al saber que la señora era la mamá de su pretendida, pero no dijo nada. Llegó el momento en que la quinceañera hizo su entrada a la pista de baile y realizó su recorrido, al son de la música de entrada. Saludos, felicitaciones y mucha alegría llenaban el ambiente. Al poco tiempo, dio inicio el baile. Antonieta y sus amigas eran muy populares, y por ende, tenían varios pretendientes. En ese momento sonó la música y se dio por iniciado el baile.

–Muchachos, ha llegado la hora de la verdad –observó Anthony–, pero no me arriesgo a pasar la prueba.

–¿Por qué? –preguntó Michael.

–No sé qué actitud va tomar la mamá de Antonella.

–Arriesgándose se sabe –dijo Mark–, yo me voy a arriesgar.

Esperó el momento adecuado, fue a invitar a Valezka a bailar y consiguió su propósito. Los muchachos, al ver que Mark tuvo éxito, se arriesgaron y vencieron la competencia también. Anthony todavía no se arriesgaba, y Antonella no aceptó invitación de nadie y se veía inquieta. Antonella observaba que sus amigos estaban disfrutando y miraba de reojo a Anthony de vez en cuando. El joven estaba frío de nervio y sin saber qué hacer. Por último, con mucha dificultad, tomó la decisión de invitarla a bailar. Cuando sonó la siguiente canción Demasiado Cielo, de Los Bee Gees. Salió, lento e indeciso, mientras Antonella lo esperaba con impaciencia. Anthony se animó cuando vio la mirada dulce y la sonrisa halagadora de la jovencita, pero sintió un hondo temor, cuando se dio cuenta de que la mamá de Antonella le tenía clavada la vista, con cara de pocos amigos. El temor fue tal, que casi se regresa, pero, por intuición, siguió adelante. La invitó a bailar, y de inmediato, Antonella aceptó la invitación. Mientras que la competencia ardía de enojo.

–Hola, Antonella, qué bueno que nos volvamos a ver. Mi corazón está entusiasmado de alborozo. Tu presencia me hace feliz.

–Gracias, Anthony, a mí también me da mucho placer estar contigo.

–Tú eres de este lugar o estás de vacaciones –preguntó el joven

–Soy de aquí, pero estuve viviendo con mis tíos en la capital, hasta hace 15 días. Pienso estar con mami y mi abuelita este año, concluir mi graduación en esta escuela y luego regresarme a la capital, para ingresar a la universidad.

–Buenas proyecciones, te felicito.

–Gracias. ¿Y tú eres de aquí o andas de vacaciones con tus amigos?

–Soy de este lugar, pero he estado viviendo en la capital y en la Ciudad Universitaria. Hace dos semanas que vine, y también pienso quedarme este año para graduarme aquí y después regresar a la Ciudad Metropolitana, para ingresar a la universidad.

–Qué bueno. ¿Y tus amigos también son de este lugar?

–Sí, ellos han permanecido más aquí. Yo he sido un poco más vago, pero siempre hemos estado unidos. Éstos son amigos de los que dice Emerson que se puede pensar en voz alta.

–Qué coincidencia, la misma experiencia: yo he estado más en la capital y mis amigas aquí, pero nos hemos visto como hermanas.

–Fantástico, eso es saludable. ¿Cuéntame de tus padres? –preguntó Anthony.

–Sólo vivo con mami y mi abuelita. Mi papá se separó de mami hace algún tiempo, y así hemos vivido.

–¿Pero tú tienes buena relación con tu papi?

–Oh, sí, muy buena. ¿Y tú qué me dices de tus padres?

–Ellos han permanecido juntos. Vivimos cerca de aquí. Somos vecino de Mark, y tenemos una casa en León, donde he residido por mis estudios.

–Oh, muy interesante –reflexionó Antonella.

–¿Tienes novio? Disculpa por ser indiscreto –se excusó Anthony.

–No, no te preocupes, está buena la pregunta. Tuve un enamorado por poco tiempo, pero no se llegó a concretar nada. Podría decir que no he tenido novio. ¿Y tú, tienes novia? –regresó Antonieta la pregunta.

–No, nunca he tenido novia –contestó.

–¿Por qué? –preguntó Antonella, admirada.

–Porque no he tenido la oportunidad de conocer a alguien especial, para establecer esa linda amistad –contestó.

–Ojalá que pronto encuentres a esa persona, pienso que te lo mereces –inculcó la doncella.

–Gracias. Estoy en espera, ojalá que sea pronto –respondió Anthony.

–Que así sea –respondió Antonella, con voz entrecortada.

–¿Existe algún inconveniente en que te acompañe a tu casa al salir de la fiesta? –preguntó Anthony.

–No, ninguno. ¿Por qué me preguntas que si hay inconveniente?

–Por la señora que estaba a tu lado. Sentí la impresión de que no me vio con agrado.

–Ella es mi mamá. Pero no te preocupes, ella es así.

Los muchachos y las muchachas bailaron durante la fiesta, hasta concluir con el show. La música que bailaron fue You Are The One I Want, de Jhon Travolta y Olivia Newton. Y se destacaron en el baile acostumbrado. Anthony y Antonella participaron en el show y fueron sobresaliente

Al atardecer concluyó la fiesta. Anthony y los demás acompañaron a las muchachas a sus hogares. Anthony creyó que era el momento oportuno para expresarle sus sentimientos a la joven.

–Antonella, pienso que éste es el momento indicado para expresarte lo que siento.

–Oh sí, está bien, te escucho –respondió entusiasmada.

–Desde que te vi en el zoológico, entraste a mi corazón. Eres muy guapa, tu mirada es suave, pero firme a la vez, tu sonrisa es cautivadora, y noto que eres sincera. Estoy enamorado de ti desde que te conocí, he venido alimentando la idea de establecer un noviazgo formal contigo, para conocernos mutuamente, y si esto funciona, nos casamos, si Dios quiere. Si me das la oportunidad, eso será mi propósito principal. Alguien dijo que el amor es el iniciador de la vida, la pasión es la que le da permanencia. Las dos cosas están en mí, y eso es lo que siento por ti. Es tanto el amor que siento por ti, que si alguna vez mi voz callase por la muerte, mi corazón te seguirá hablando.

–Oh, gracias, tú también entraste a mi corazón desde que te conocí en el zoológico. Eres muy atractivo, he notado que eres humilde, sincero y de perspectiva. Pienso que sería bueno que intentáramos esta relación de noviazgo para conocernos, y si Dios nos permite que lleguemos a las nupcias, será bienvenida –respondió, entusiasmada, Antonella.

–Gracias, mi corazón palpita de alegría, indicando que ha encontrado el amor de su vida –respondió Anthony, lleno de emoción.

–Gracias, igualmente –concluyó Antonella.

Marck y Valezca iban bien entusiasmados, al igual que Michael y Patty, Humbert y Marling, Adam y Doris, así como las demás parejas.

Los pretendientes lograron su propósito, indicado por las señales de triunfo reflejadas en su rostro.

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Novela romàntica y sus matices

INVESTIGAN AL PRETENDIENTE Y COMIENZA EL MARTIRIO


Daña Ena pensó una y otra vez en la persona que lo podía ayudar para recopilar información de Anthony y sus amigos. De pronto, se le encendió el foco de la mente y se acordó de un personaje que vivía en el mismo paraje: Doña Gertrudis, conocida como la Tula Cuecho tèrmino que la identifica por ser líder en calumnias, chismes y falacias (un modismo), sin más titubeo, doña Ena fue a visitarla.

–Hola, doña Gertrudis, ¿se acuerda de mí? Creo que le extraña mi visita.

–Un poco, pero es un placer que esté en mi casa. Siéntese, ¿y ese milagro, mujer?

–En primera instancia, vengo para saludarla, y en segundo lugar, para preguntarle si conoce a un muchacho de nombre Anthony y a sus amigos.

–Oh, sí los conozco. Viven cerca de aquí. ¿Qué sucede con ellos? –preguntó doña Gertrudis, extrañada.

–Anthony pretende a mi hija Antonella, y quiero saber de su comporte –comentó doña Ena.

–Los padres de Anthony y los demás son una maravilla, serios y muy responsables, pero ellos son un completo desastre, y más el rondador de tu hija. Es un perillán, malandrín y paleta de primera clase. En escena, da la apariencia de ser santo justiciero, pero tras bambalina es un canalla. Se la da de importante y es un paria. Tan ingenio es, que los cantos de sirena que le entonan los borregos, fontoches y peleles de su piñal; le hacen creer que es el delegado de Cristo para hacer entereza en este  sitio. –acusó doña Gertrudis.

–Oiga, eso suena grave. ¿Qué fechoría ha hecho ese patán? –interrogó doña Ena.

–Muchas, pero de manera particular, recalco el daño que le causó a mi hija.

–¿Qué le hizo a su hija? –preguntó, inquieta, doña Ena.

–La ilusionó y luego la dejó plantada como la novia de Tola. Mi hija se enamoró de él y no puede olvidarlo. Eso me martiriza. Si su hija no se pone a la expectativa, le va a pasar lo mismo, y eso no se lo deseo a nadie –recalcó doña Gertrudis.

–¡Qué horror! . Ese paleta es experto para liar según veo. En esa trampa está cayendo mi hija. ¿Y lo demás son iguales? –preguntó doña Ena, exaltada.

–¡Oh si! Son unos pillos, jocosos, holgazanes, vagabundos, boquilleros, chocarreros, malévolos y fanfarrones. Además, son marihuaneros y drogo. Qué se puede esperar de esos malandrines perversos. Repito, pero el más maleante es ese tal Anthony. Es una facundia, un flagrante pandemónium. –aseguró doña Ena.

–¿En qué clase de aventura anda ese ruin? –preguntó, enfadada, doña Ena.

–Es un andan dique. Nunca está en el mismo lugar. Ahorita está aquí, luego en la Ciudad Universitaria, después en la capital, y así sucesivamente.

–¿Tiene familiares en León  y en la capital? –interrogó doña Ena.

–En la Ciudad Metropolitana, sus padres tienen una casa, y a Managua va a aprender clases de danza y otras malas costumbres. Después viene a instruir a las demás lacras, y una vez completadas las orientaciones, se vuelven insoportables. Aquí nadie los quiere ver ni pintados en las paredes –informó doña Gertrudis.

–¡Qué terrible, lo que me imaginaba! –exclamó, asombrada, doña Ena.

Doña Gertrudis se alegró y empezó a tratar con más confianza a doña Ena.

–¿Pero qué impresión tienes de tu hija al respecto? –preguntó, con énfasis, doña Gertrudis.

–Tengo la impresión de que está enamorada de ese infame. Lamentablemente, tengo que aceptar esta amarga realidad –respondió, cabizbaja, doña Ena.

–¡Pobrecita tu hija, dónde va a ir a parar, a la cueva del león! Pero debes hacer hasta lo imposible para impedir esa relación –advirtió doña Gertrudis.

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Novela romantica: Amor a primera vista

El instructor Jorge dio las últimas orientaciones de baile al joven Anthony. El joven se sentía contentísimo, porque había completado el curso y porque venía de regreso a su comunidad. En su lugar, se reuniría con sus amigos, que lo esperaban con ansias, porque era su líder y porque tenía el compromiso de instruirles sobre lo que había aprendido.

Por otro lado, Antonella terminó su año lectivo de estudio y también completó un curso de baile en una escuela de la capital. Muy emocionada, alistó su equipaje para regresar de vacaciones a su lugar. Ella se reuniría con sus amigas, las entrenaría para participar en las competencias de baile.

Al regresar de la capital, Anthony tuvo una reunión con los miembros principales de su grupo, lo que ellos consideraban el directorio: Mark, Humbert y Michael. Adam se encontraba en la Ciudad Universitaria.

–Hola, ¿cómo están? –preguntó Anthony.

–Bien, muy bien –contestaron los muchachos.

–Y a ti, ¿cómo te fue en la capital? –preguntó Michael.

–Completé el curso en la escuela de danza, y estoy listo para entrenarlos, a fin de que nos destaquemos en las competencias de los shows de baile.

–¿Cuál sería el lugar indicado para este fin, Anthony? –preguntó Mark.

–¿Qué les parece que vayamos al Manguito? Hacemos una fogata, llevamos la grabadora, y a la acción se ha dicho.

–Estamos de acuerdo –contestaron los muchachos.

–¿Cuándo sería la práctica Anthony? –preguntó Humbert.

–Si están de acuerdo, nos podríamos reunir mañana a la siete de la noche.

Okay, perfecto –dijeron los demás.

–Ustedes se encargan de avisarles a los demás muchachos, yo iré a León a traer a Adam –afirmó Anthony.

Okay. Nos vemos mañana.

Luego de esa conversación, los amigos se despidieron.

Al día siguiente, Antonella regresó de la capital y se reunió con el directorio de su grupo: Valezka, Patty, Hellen y Marling.

–Hola, muchachas, ¿cómo están?

–Al cien –respondieron–. Y a ti, ¿cómo te fue? –preguntaron luego las muchachas.

–Completé un curso de baile en la escuela de danza, y si ustedes desean, podemos practicar algunos pasos que he aprendido.

–Fantástico –respondió Valezka–, es tiempo que nos destaquemos en la exhibición de baile.

–Eso es lo que necesitamos –confirmaron las demás, emocionadísimas.

–¿Cuándo y dónde nos vamos a reunir para entrenar? –preguntó Marling.

–Pienso que el lugar más indicado es en el traspatio de la casa de Hellen, bajo el árbol de mango. Hacemos una fogata, le compramos batería a la grabadora, y a bailar se ha dicho –planteó Antonella.

–Si las demás están de acuerdo, mi casa está a la orden –consintió Hellen.

–Perfecto, estamos de acuerdo. Dijeron las demás.

Okay. Sólo falta avisarles a las demás, y nos vemos mañana –sugirió Antonella

Okay. Nos vemos mañana –dijeron las demás.

Iluminado por una hermosa fogata, Anthony les enseñó los pasos de varias canciones, entre ellas, Summer Nights (Noches de Verano), interpretada por John Travolta y Olivia Niwton John. El simulacro fue divertido y con buenos resultados. Al concluir, Anthony les dijo:

–Estuvo excelente, muchachos. Estamos listos para la próxima competencia.

–Gracias, Anthony, estuvo muy bien –reconocieron los muchachos.

–Ustedes saben: “somos todo terreno”, me alegra mucho que estén satisfechos. Oye, ¿sé dieron cuenta de que van a inaugurar un nuevo zoológico en la Ciudad Universitaria? –preguntó Anthony.

–Sí, esa es la noticia del día –expresó Mark.

–Hasta en radio Visión Cristiana lo están anunciando –agregó Humbert.

–Eso va a estar buenísimo –afirmó Michael.

–Qué les parece si vamos, muchachos –consultó Anthony–, a mí me fascina ver las diferentes especies de animales –agregó.

–Y quién te oye. Vamos –consintió Mark.

–Démoslo por hecho –dijeron los demás.

Okay. Así quedamos –concluyó Anthony.

–¿Pelotón o distribución de grupos? –preguntó Humbert.

–Distribución de grupos. Puede que lleguen otras plebes, y no es conveniente que nos vean juntos, para no causar trifulcas –orientó Anthony.

Okay. Estamos de acuerdo –dijeron los demás y se despidieron.

Con el esplendor de una fogata teatral, Antonella se reunió con sus amigas, para impartirles la clase de baile. Les enseñó los pasos de las canciones más populares de la época. El aprendizaje estuvo ameno y muy fructífero. Al concluir, Antonella les dijo:

–Fantástico, muchachas, estuvieron al cien. Estamos listas para demostraciones en cualquier competencia de baile.

–Muchísimas gracias, Antonella, estuviste fenomenal como instructora; estoy emocionada y lista para competir –agradeció Hellen.

–Así te vi, parece que tienes un don natural en este arte. Cuando yo esté ausente, tú serás la instructora, okay.

–Gracias, Antonella. Estoy a la orden –se dispuso Hellen.

Okay, Antonella, estamos lista para accionar –expresaron las demás.

–¡Cuánta alegría me da verlas felices!

–Te queremos mucho –dijeron las demás.

–Oí decir que van a inaugurar un nuevo zoológico en la Ciudad Metropolitana. ¿Qué saben ustedes al respecto? –preguntó Antonella.

–¡Oh sí! Es el comentario en toda la ciudad y sus municipios –confirmó Valezka.

–Eso va a estar buenísimo. La mayoría de las personas están entusiasmadas por asistir al evento. Desafortunadamente, yo no podré ir, porque voy a cumplir un compromiso de estudio a la capital –planteó Hellen.

–Qué lástima, nos vas a hacer mucha falta. Pero debes cumplir con tus compromisos educativos –comentó Antonella–. ¿Y las demás, qué dicen? –preguntó Antonella

–Ya deberíamos estar allá, para luego es tarde –dijeron las demás.

La noticia de la inauguración del zoológico fue un impacto. La gente llegó a tropel de la ciudad y sus comunidades. En el zoológico había un parque de diversión. Allí instalaron los juegos mecánicos, que alegraron el ambiente. Las secciones de las diferentes especies de animales estaban bien estructuradas, con sus respectivos miradores. Asimismo, la asistencia de jóvenes de ambos sexos fue numerosa.

Al llegar, los muchachos se distribuyeron. Anthony, Mark, Humbert y Michael andaban juntos. Adam tuvo que salir del parque a cumplir con un compromiso de estudio.

Las muchachas también se distribuyeron sin planearlo. Antonella, Valezka, Patty y Marling andaban juntas.

Anthony y sus amigos se divirtieron mucho haciendo el recorrido, y luego se sentaron en un escaño a descansar. Al poco tiempo, observaron a cuatro jovencitas muy bellas, que se divertían entre ellas. Las muchachas, sin darse cuenta de que las estaban observando, se sentaron en un escaño, frente a los muchachos, a unos diez metros.

Los muchachos admiraron la belleza de las chamacas, y entre bromas y risas, cada quien escogió a su Eva. Las muchachas captaron la intención de los muchachos, y entre miradas y risas, cada quien escogió a su Adán, y su elección coincidió con la de los muchachos. Amor a primera vista.

Después, Anthony y sus amigos continuaron caminando. Antonella y sus amigas también lo hicieron, pero ambos grupos se encontraron en varias ocasiones, y se coqueteaban con sonrisas y miradas. Por último, los muchachos no soportaron la tentación y la saludaron. Apenas pudieron presentarse, porque había llegado el momento de salir, y cada quien tenía que buscar a los suyos para regresar a sus hogares.

Al día siguiente, Anthony se reunió con Mark, Humbert y Michael, para comentar del paseo.

–Muchachos, ¿cómo sintieron el paseo? –preguntó Anthony.

–Bien, muy bien –contestó Mark.

–Yo también lo pasé en grande –agregó Michael.

–Y tú, Humbert, ¿cómo te sentiste? –preguntó Anthony.

–Fenomenal, a lo grande.

–Vi entusiasmado a Mark con Valezka. Con la mirada le decía, como dijo alguien: “Cuando se ama en silencio, las miradas son las palabras, y la mía te dice: te quiero”. Y creo que Valezka se acordó del proverbio árabe, que dice: “Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación”. De inmediato, captó la mirada de Mark, y le correspondió, e hizo realidad lo que dijo alguien: “El amor a primera vista no existe, hasta que se siente su mirada” –comentó Anthony, entre risas.

–Oh, sí, yo capté lo mismo. Creo que pronto ese compromiso se va a concretar –aseveró Michael.

–Mark está tomando muy en serio lo que dijo el ensayista estadounidense Hubbard Elbert: “Triste puedo estar solo: para estar alegre, necesito compañía”, y según lo que percibí, está por lograrlo –comentó Humbert.

–Por allí vamos –dijo Mark–, “La esperanza es el sueño del hombre despierto”, expresó Sócrates, en cierta ocasión.

–Pero Michael no se quedó atrás –declaró Humbert–, se fijaron cómo coqueteaba con Patty. Con su mirada hizo lo que dice el novelista francés Tristán Bernard: “El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada”. Patty le correspondió con risitas continuas.

–Oh, sí –aseveró Anthony–, observé esas miradas y esas risitas.

–Veremos qué se hace –reflexionó Michael–. “La esperanza es un árbol en flor, que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones” –dijo la escritora española Catalina Severo.

–Humbert cree que no nos percatamos de cómo galanteaba a Marling. Miraditas pícaras y risitas de enamorados se cruzaban entre ellos, para darle vigencia al pensamiento que alguien expresó: “Dos miradas que se cruzan en silencio, son el beso de dos almas que se besan” –aseveró Mark, entre risas.

–Voy por la conquista –confirmó Humbert–, “La posibilidad de lograr un sueño es lo que hace que la vida sea interesante” –dijo, acertadamente, el escritor brasilero Pablo Coelho.

–Anthony no ha parado de reír –señaló Michael–, pero ese coqueteo que se tenía con Antonella, se percibía a la distancia. Se miraban con delicadeza y la expresión de sus ojos expresaba: “He encontrado el amor de mi vida”. Es más, cuando se saludaron, los dos lo hicieron con voz entrecortada del nervio.

–Oh, sí –dijo Mark–, notaron cómo temblaba Anthony de nervio y emoción.

–Oh, sí, nos percatamos. Eso va sobre rieles –dijo Humbert.

–“Nunca se da tanto como cuando se da esperanza”, dijo Anatole France, escritor francés. Eso es lo que están haciendo ustedes y les agradezco. “El hombre tiene ilusiones, como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene”, dijo el científico francés Blaice Pascal. Sin embargo, alguien dijo: “La ilusión vale cuando la realidad la toma de la mano”. Así es que veremos qué pasa –concluyó Anthony.

En tanto Valezka, Patty y Marling ese mismo día visitaron a Antonella, para comentar del paseo.

–Muchachas, ¿cómo se sintieron en el paseo?

–Muy bien, creo que la pasamos a lo grande –dijo Valezka.

–Yo también me sentí estupenda. Fue una experiencia inolvidable. Sobre todo, los nuevos camaradas que conocimos –expresó, entusiasmada, Marling.

–Los nuevos amigos –replicó Patty–, el nuevo pretendiente, dirás. Piensas que nadie los vio cuando se estaban haciendo ojitos.

–Quien habla delata y quien calla otorga. ¿Qué se observó en Mark y Valezka? ¿Qué captaron en Michael y Patty? Miradas dulces y risitas de enamorados –comentó Antonella, entre risas.

–Oh, sí –dijo Patty–, nadie vio a Antonella cuando cambió de color, y nadie oyó que la voz le salió entrecortada del nervio, cuando se saludó con Anthony.

–Bueno, muchachas –comentó Antonella–, ya no hay nada que ocultar. “El amor y la tos no pueden ocultarse”, dice un proverbio italiano. Todas estamos en el mismo juego. A encandilar se ha dicho, antes de que sea demasiado tarde. Recuerden lo que dijo el filósofo y escritor español Ramón Llull: “El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por el olvido”. Debemos ser inteligentes –concluyó Antonella.

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Novela romàntica no apto para cardìaco

 

El otro bando está compuesto por una coalición de lujo: el grupo de Anthony y Antonella, quienes se unieron para enfrentar la batalla de su vida. De esa forma, actuaron con la ligereza del venado para esquivar al enemigo, con la sabiduría del conejo, que forma su casa en las piedras para protegerse, con ojos de águila, para dar en el blanco, y como león herido, para vengarse.

Estas actitudes opuestas dieron origen a una especie de choque de trenes, hasta que apareció la Figura Luminosa. Un Personaje especial que con sus sabios consejos, originó procederes insólitos, ciertas confusiones y expectaciones que indujo a un desenlace no apto para cardíacos; pero con un aroma plácido,  un deleite dulce y  atrayente como las abejas rodea la colmena para producir el néctar de la dulzura y  repartir  agasajo de  comunión a su semejante

Mi plegaria al Creador es que este contenido llene las expectativas del lector.

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